enBABIA. Revista digital. Fuerteventura.: Entrevista a Alby Ojeda

Entrevista a Alby Ojeda



Reportaje a Alby Ojeda

por Álvaro Matías Sánchez y José A. Fajardo

El paralelismo que existe entre un majorero cinéfilo y el gran Godzilla, les parecerá tirada de los pelos. Pero tenemos algunas razones para hacerlo. La primera tiene que ver con que estas dos “bestias” han nacido en las entrañas de una isla, uno en Japón y otro en Fuerteventura. Los dos han crecido con sed de destrucción, uno machacando edificios y el otro haciendo gamberradas por las calles de Fuerteventura. Uno tira fuego por la boca y el otro lanza palabras en cantidad y calidad de vértigo. Como Godzilla ya es un señor de 53 añitos y está muy lejos de aquí, quisimos tener un encuentro de la tercera fase con Alby Ojeda. Y por empezar quisimos también saber ¿quién es él, a qué dedica el tiempo libre?

Alby Ojeda:
Bueno, Alby Ojeda es una persona que creo que conozco. Un joven que se crió aquí en Puerto del Rosario. Y que junto a Juanjo Ramírez (ver enBABIA Nº1, Gritos en el pasillo) empezaron a hacer gamberradas audiovisuales, desde que eran adolescentes allá por los tiempos del instituto. Un día en ese mismo escenario donde hacían sus cortometrajes, esa gamberrada se transformó en el desafío de hacer un largometraje. Ha sido allí cuando se empezó a escuchar un poquito su trabajo a nivel artístico y audiovisual.

EnBABIA: Vamos a hacer la pregunta clásica y tópica ¿cuál fue la primer película que te marcó y te hizo ir al mundo del cine?
AO:
Sí, mucha gente dice: “Yo cuando era pequeñito estaba viendo La guerra de las Galaxias y…” Yo también la ví, sobretodo El retorno del Jedi, pero no fue esa la culpable de todo, fue un poco más tardío para lo que es ese tipo de anécdotas. Casi terminando el instituto haciendo un trabajo de clase inglés, un examen que había que hacerlo en voz alta y frente a toda la clase, la profesora dijo que podíamos representarlo en una obra de teatro o incluso en vídeo. Juanjo, Sergio y yo dijimos vamos a hacerlo en vídeo, que es más fácil. Así que decidimos hacer un capitulo de “Expediente X”. Todos vestidos con traje y corbata, todos serios, y aplicando lo que habíamos visto en otras películas a lo largo de esos años (muchas de las cuales veíamos en el multicine La Ola, ahora cerrado, cada semana desde los 13 años) Grabábamos las escenas todos flipados, poniendo la cámara de esta u otra forma. En el último día de rodaje, incluso, aplicamos nuestros conocimientos de artes marciales en una escena de acción cogiéndonos de los brazos y todo eso. Cuando terminamos estábamos súper orgullosos y contentos de lo que habíamos hecho y nos fuimos a celebrarlo yendo al cine a ver Doce Monos (de Terry Gilliam, 1995). Sentarnos y ver aquello fue la peor humillación. “¡No sabemos una puta mierda!” fue la conclusión. Siempre decimos que Doce Monos fue la película que nos metió en esto porque fue la primer peli que veíamos y analizábamos, no como espectadores, sino como quien estuvo un rato detrás de las cámaras y sufrimos la experiencia de poner planos. Ahí dijimos que teníamos que mejorar, seguir adelante. De ahí salió nuestro primer corto, Lulú, que marcó un poco la tendencia de nuestra carrera, una historia de amor entre dos hombres y un osito de peluche lulú, y que fue ganador del primer Maxoarte.


EB: ¿y después llegaron a estudiar o siguieron amateurs?
AO: No, claro. Después estudiamos. Pero hoy día cuando vemos ese corto lo miramos con nostalgia y con buenos ojos por saber que con 16 años habíamos hecho algo que, si bien todavía no conocíamos como se llamaban los planos o los efectos de luz, está muy bien conseguido. Después recuerdo que a los profesores los teníamos amargados, en clase de matemáticas escribíamos guiones, o como aquella vez, en clase de física mientras escribíamos casi sin prestar atención cuando el profesor empezó a hablar del ciclotrón ( que es un acelerador circular de partículas) y Juanjo y yo nos miramos y dijimos “Esto tiene nombre de criatura tipo Godzilla” . Empezamos a hacer dibujos de cómo sería el ciclotrón y frases como“¡Ahí viene el Ciclotrón a destruirnos!”. Esa era un poco la dinámica de crear continuamente, día a día haciendo historias, fortaleciendo la idea de que solo sabíamos hacer esto y estudiar y seguir creciendo en este campo.

EB: ¿En qué otros campos audiovisuales trabajas?
AO: Ahora mismo, profesionalmente, estoy trabajando en una agencia de publicidad de aquí de Fuerteventura. Una empresa joven, (IGNIS) donde se trabaja en varios sectores que van desde la publicidad, páginas Web, o preparamos programas de televisión que luego son emitidos en las cadenas locales o fuera de Fuerteventura. Profesionalmente he estado dedicándome a trabajar en empresas de este tipo desde que terminé mis estudios, que fue desde el año 2000, prácticamente. Siempre en empresas multimedia, en Las Palmas, por ejemplo. Hasta que hace unos años volví a Fuerteventura y comencé a hacer ese tipo de historias para ganarme el pan aquí.

EB: ¿Valió la pena volver? Hay quién dice que es muy difícil trabajar en ese sector.
AO: Es muy difícil porque no hay una industria audiovisual, ni tampoco una cultura a nivel formacional en lo que respecta a la educación. No hay ninguna forma de estudiar en la isla algo relacionado con los medios. Es muy jodido encontrar un sitio en todo lo que tenga que ver con los medios porque hay que emplear muchas horas, dedicarle mucho tiempo, mucho reciclaje, incluso, de programas nuevos que salen, tendencias artísticas, y tienes que estar atento a todo eso. Aquí no ha sido tradición de siempre. Lo que ha pasado es que el mercado estaba restringido en las televisiones locales, cosa que ahora no pasa, hay muchas más, pero cuando yo estudiaba solo había una. A partir de ahí sí que ha ido creciendo, ha ido despegando. Si nos comparamos respecto a Canarias, Fuerteventura está un poco a la cola. Y si comparamos Canarias con el resto del país, sigue quedando atrás. ¿Valía la pena venir para acá? Si. Porque seguía siendo un terreno virgen para bien y para mal. Había para explorar, se podía innovar muchísimo. No era como en Las Palmas donde allí competías con otras empresas. Aquí se ve esa posibilidad de sacar buenos productos y de forma original.


EB: ¿Cómo fue “el antes, el durante y el después” del Lebrancho 2007?
AO:
Este fue nuestro segundo año en el que hicimos la campaña. Yo me encargaba de lo que era la estrategia de distribución a nivel de Internet, de colocar la página web en revistas especializadas -un instrumento que hasta entonces no tenía- y con ello lograr que el Lebrancho llegara a más gente fuera de la isla, retransmitiendo los tres días de los conciertos en directo y que sean vistos por más de 25.000 personas. Sobretodo por gente de la península que sabía de la existencia del evento pero por razones de dinero y de traslado no podían participar en esas fechas y lo hicieron por Internet.

EB: ¿Qué es el “Nanofest”?
AO: ¡El Nanofest fue el primer macro-mini-festival de cortometrajes en Puerto del Rosario! Fue algo que organicé con gente del Ayuntamiento y del Cabildo, a finales del año pasado, un festival que duró un día y se pasaron cortos con la intención de plantar esa semillita de cine en Fuerteventura y que según pasaran los años ir dando conferencias, charlas con gente del mundo del cine. De hecho ese festival contó con un corto (Vinieron de la gavia, 2006) que organizamos ese verano convocando un casting de actores amateurs o técnicos que quisieran estar detrás de cámaras y mostrar el trabajo profesional que se emplea en el cine. El estreno, finalmente, se hizo en la librería Caligrama un día antes de que comenzara el Nanofest. Ahora a ver qué pasa este año con el festival, más que nada por que yo no tengo tiempo de organizarlo pero que si alguien toma la idea y los organismos siguen con intención de potenciarlo, yo no tengo ningún problema.

EB: ¿Qué hay en el futuro?

AO: El futuro, uf… eso no te lo puedo decir. No lo sé. Estoy pasando por una etapa de cambio gracias a esa faceta vivida de cinco años para acá con Gritos en el pasillo, y hay proyectos como Zombie Western (en la que ya está trabajando Juanjo en Dinamarca, creando la estética del film) pero más allá no lo sabemos aún. Hay ideas, más proyectos, y cosas que debes plantearte para decir qué hacer con tu vida. Yo creo que recién estamos empezando, tenemos una película –que ha llegado a confines inimaginables, desde el estreno en la Universidad Popular, pasando por salas en Madrid, Barcelona, País Vasco hasta ser vista en el festival de Cannes- pero no podemos quedarnos ahí diciendo “Eh, vamos a vivir de los cacahuetes”, porque no es verdad. Ahora toca hacer un esfuerzo enorme por superarnos y no quedarnos en el sitio. Lo que veo de aquí para adelante es mucho trabajo.

EB: Ustedes se jactaban con Gritos… de ser “El Mariachi” de la animación. ¿Podrías darnos, tal y como lo hizo Robert Rodríguez en el dvd de la peli, los pasos que hay que dar para llevar a cabo un proyecto?
AO: Bueno, como director no sé, te lo diré cuando lo sea. (risas) Pero como alguien que está en esto hace doce años –lo digo y me mareo- digo que lo que hace falta para empezar es ilusión. Si no estás ilusionado, sea la locura que sea, no vas a ningún lado. Nadie tiene que estar más ilusionado que tú, porque sino cuando lleguen los malos momentos vas a dejar el proyecto.
¿Presupuesto? En España no hay presupuesto, es eso. Te dejas tus ahorros, los ahorros de tu familia, de tus amigos, pides favores. Pero si tú transmites esa ilusión a la gente que te rodea, nadie se niega a echarte una mano. Y ese tipo de apoyo siempre es más valioso que el dinero. Sacar el ingenio y olvidarte de la idea preconcebida que tienes del proyecto. Muchas veces empiezas con un guión y ese guión al empezar a rodar cambia, y cuando lo vas a montar vuelve a cambiar y al final te queda una película totalmente diferente. Hay mucha gente que no se permite evolucionar con el film, porque no escucha los puntos de vista de otra gente, y abandona al primer cambio. Hay que olvidarse del ego y trabajar en equipo. ¿Qué no te sale bien la primera? Haces una segunda. Yo tengo una norma que es que cuando me han salido mal algunos cortos, que no se han entendido, veo los fallos y los arreglo en el siguiente trabajo, pero no me sigo amargando por lo que hice.
¡Por favor, si van a hacer un primer corto para practicar, no lo hagan contando historias artísticas, personales! ¡No, no, no! Ríanse, hagan cosas para divertirse. Tienes que pensar que el rodaje es lo más aburrido y tedioso del mundo, tienes que estar controlándolo todo, estar en mil sitios. Si encima lo haces riéndote y viendo que cada vez que tienes que repetir escenas aportas algo nuevo, es mucho mejor que andar sufriendo porque nada sale cómo lo habías planteado seriamente al principio con una historia personal y dramática. No hay nada más divertido que reunirte con tus colegas y hacer el pato frente a la cámara, contar una historia de risa, que lo veas y digas “qué cutre ha sido” y que la gente al verlo diga lo mismo pero se vaya con la sensación de haberlo pasado bien. Es muy agradecido eso, porque has conseguido que el público se divierta.



EB: Rozando el topicazo ¿Cuál es tu director favorito? ¿Qué opinas del cine comercial de Hollywood?
AO: Yo lo único que quiero decir es que bajarse películas del e-mule es pecado. ¡El diablo va a venir! ¡Va a venir si te bajas Gritos en el pasillo! (risas) Yo siempre que tengo que recomendar una película, lo hago por la historia de la película en sí, no por el director. Depende mucho de la persona y del estado de ánimo con el que la vea, eso está claro. Yo me criado con películas de Spielberg en los ochenta, que sí, son comerciales, pero no puedes negar que están muy bien hechas a todos los niveles. Ves películas de él como Tiburón, Encuentros de la tercera fase, o más serias como La lista de Schindler y flipas. Después tienes ahora mismo a Darren Aronofsky, que hace un cine mas bien de autor, ha hecho Requiem por un sueño, Pi, o la reciente La fuente de la vida (donde se permite hablar de temas filosóficos de la muerte y el amor como nunca había visto y que desde luego me ha impactado). Por otro lado está M. Night Shyamalan, que hizo El sexto sentido o La dama del agua, que hace algo que se había dejado de hacer y es hablar de la magia. La magia y las cosas cotidianas, ese limite que constantemente nos está rozando y que racionalmente nos negamos a ver. Prefiero el cine de evasión bien hecho, ese que te hace pasarlo bien y olvidarte por dos horas de la vida chunga y salir contento, que quizá ese otro cine palomitero. Ese cine que revienta una franquicia con precuelas y secuelas y te hace perder la frescura de la primera película.

EB: Entonces ¿no esperamos ver un “Gritos en el pasillo 2”?
AO:
(risas) Coño. Vamos a ver. ¿Tú sabes lo que es vivir cinco años moviendo frutos secos de un lado para el otro? Ja, ja. No, bueno, hay un guión escrito un poco de coña que me regaló Juanjo cuando fue mi cumpleaños y me dijo si algún día yo quisiera hacer que lo haga. Es una versión mucho más cafre, más gamberra. De momento no creo que la vayamos a hacer. Queda como anécdota ahí. Lo que si hay es este proyecto de Zombie Western, donde hay sangre y vísceras y burradas –imagínate que son zombies en el lejano oeste- que a veces pensamos que nos las van a censurar, pero ves que a los coproductores daneses les encanta ¡y ya no nos sentimos los únicos enfermos!


todos los cortos de alby en: http://albynubio.blogspot.com/


Apartado sobre Godzilla:
Godzilla nace en 1954 de la mano de un obsesivo en temas de bombas nucleares y mutaciones, Ishiro Honda. La bestia aparecía en una clara reacción a una de las tragedias mas gore que jamás sabrá superar la ciencia ficción: la explosión de las dos bombas atómicas que masacraron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en Japón, hecho histórico del que este mes de agosto se cumplen 62 años. Una vez más el cine fue dando pasos gigantes extrapolando sentimientos internos para así tomar revancha de las miserias humanas.