enBABIA. Revista digital. Fuerteventura.: ¡Qué les corten la cabeza!

¡Qué les corten la cabeza!

foto: Nicolás Figuretti

LIBERTAD ―Llegué con prisas y preocupación por no hacer esperar, más de lo debido, a mi compañero enbábico y butaquero ocasional, el señor de adarga antigua Gustavo Minguela.
GUSTAVO ―Sí, casi entramos con el pitido de la campana entre pitos y flautas.
LIBERTAD ―El Auditorio de Puerto del Rosario -menos lleno de lo esperado- nos recibió a ritmo de Hard-core. Al fondo del escenario una reja carcelaria, tufillo a azufre  y presagios de acabar muy, pero que muy, mal.
GUSTAVO ―Sí, Libertad, no cabe duda que estos tíos saben impactar y sorprender.
LIBERTAD ―Se apagan las luces, se abren las rejas y el público ve puesta en peligro su integridad por las amenazas de cuatro –bueno mejor tres y medio- personajes bastante indeseables: psicópatas, asesinos, violadores y demás carne de trena. Ante el imaginario del espectador, toda serie de escenas de humillación, crueldad, vejaciones y muertes, intercaladas -cual hoguera de Javier Krahe- con un desfile de sillas eléctricas, cámaras de gas, guillotinas y ahorcamientos, si bien eché de menos a nuestro castizo garrote vil, lo que me hace recordar al maldito Daniel Bruhl y su ‘Salvador’ de Manuel Huerga.
GUSTAVO ―La puesta en escena no se olvidaba de ningún elemento típico del imaginario de la tortura y la humillación, la reja, los monos naranjas del corredor de la muerte, el guardia corrupto, el sacerdote que representa la iglesia cómplice del horror. No es casualidad que sea éste el que se electrocuta en la silla, ¿no?
LIBERTAD ―Lo peor de todo esto es que nos reímos. Nos reímos a carcajadas, nos destornillamos de risa ante temas muy serios, ante situaciones muy desagradables, ante la violencia brutal y extrema del ser humano. ¿Estamos locos?, ¿somos unos enfermos sin corazón? No señores, no me va el rollo Coliseo romano y el asesinato selectivo de toros de lidia ante la multitud sanguinaria, lo mío es el humor inteligente, el sarcasmo bien hecho y la crítica reflexiva a través del ingenio y la ironía, porque el humor negro siempre es irónico. Pero el 666 de Yllana es mucho más que humor negro, es humor gestual, una comicidad que reside en la psicología del público, saben jugar con el espectador y una de las razones de su éxito es la complicidad con la que trabajan, haciendo de los presentes un quinto componente del grupo actoral.
GUSTAVO ―Por eso era importante estar en las primeras filas, para capturar toda la gestualidad y expresividad de los actores. Ninguno de nosotros se salvó de sentirse “dentro” de la actuación, incluso alguna (y enbábica para más señas), colaboró en el espectáculo como invitada…
LIBERTAD ―En 666 no se dice una palabra, bueno tal vez algún taco expresivo. El lenguaje corporal lo dice todo, se cargan de recursos narrativos tomados del mimo o del cine negro de los años 50, para contarnos historias difíciles de contar.  Aseguran que no tienen guión pero sus improvisaciones están perfectamente medidas, se adelantan a la reacción del público y nos pillan desarmados y con el culo al aire. No se cortan un pelo y saben sacar provecho a todo lo que sucede en el patio de butacas.
GUSTAVO ―Son unos maestros de este tipo de teatro, donde casi no tienen rival en Europa.
LIBERTAD ―666 no es un espectáculo banal, no es una sucesión de chistes fáciles y sketch simplones, ni siquiera humor absurdo. Yllana lleva la realidad más cruel a tal extremo que nos hace reír y por ello acabaremos en el infierno, porque en el fondo todos somos un poco diablillos.

Gustavo Minguela y Libertad Morales en la obra 666 de la compañía de teatro Yllana. 
Y luego nos fuimos de tapas y vinos, enBABIA clandestina!!!