Es un estilo que nació después de la
1 Guerra Mundial, cuando ciertos escritores se animaron a escribir
sobre la realidad y los directores de teatro tomaron mas
protagonismo, sobre todo en el ámbito comercial. Es un teatro que se
caracteriza por describir la realidad en estado crudo, la
escenografía es sugerente, se aproxima a movimientos de rituales. El
lenguaje es un juego y el surrealismo está presenta. Brecht es
impulsor de este estilo, aportando una característica predominante
que es el escenario vacío. Mas acá otro dramaturgo, Peter Brook
estalla en su metodología de enseñanza y puesta en escena. El uso
de proyecciones es una herramienta impactante para los primeros
montajes.
En la actualidad un ejemplo cercano es
la Fura dels Baus.
Aquí en Fuerteventura una exponente es
Marina Di Maio, todos sus espectáculos brillan por este estilo
contemporáneo, innovador y atrevido.
Hace unas semanas atrás tuve
nuevamente la oportunidad de disfrutar de ellos.
“Lunatica” es un espectáculo
que está cargado de un aura de “demencia escénica” podría
decir. Enmarcado en un espacio onírico, la actriz hace un repaso por
toda su obra haciendo una crítica social y artística. Sola en el
escenario, acompañada en el discurso por algunos personajes que
quienes seguimos su obra demos reconocido, como por ejemplo LaNovia del Ángel Gris.
Dice muchas cosas
en este unipersonal, no solo con la palabra, también con su cuerpo
que por momentos parece desfragmentarse.
Este espectáculo
es cien por ciento Di Maio. Se deshace de ataduras interpretativas
dando rienda suelta a su imaginación y creatividad. Deja su voz a un
libre albedrío de tonos, acentos y volumen, con el orden que podemos
encontrar en el caos del susurro, el canto o jadeos. Nos ubica y
desubica en diferentes estados paranoicos y bipolares.
El olor a aulaga
invade el auditorio y también con el sentido del olfato nos
introducimos en un mundo lunático.